Nuestra pasión por las velas floreció post pandemia, a finales de 2020, cuando decidimos reciclar los restos de velas y transformarlos en nuevas creaciones llenas de significado.

Inspirados por el Hygge, optamos por la cera de soja, no solo por su origen sostenible, sino también por su combustión más limpia y duradera.

Cada vela que creamos lleva consigo aromas que definen y caracterizan cada espacio, fruto de horas dedicadas a seleccionar las fragancias perfectas.

Nos esforzamos por ofrecer velas no tóxicas y limpias, para que todos, incluyendo nuestras adoradas mascotas, Brownie y Marcelo, puedan disfrutar de la tranquilidad al encenderlas.

Encender una vela se ha convertido en nuestro ritual para relajarnos y encontrar la felicidad en nuestro hogar, siguiendo a la perfección el concepto del Hygge que tanto apreciamos.

Provenientes de una familia artesana, respaldamos el trabajo manual frente a las grandes empresas, pues creemos en la esencia artesana que se refleja en cada producto.

En cada vela, se encuentra el amor, el esfuerzo y la energía que depositamos, con la certeza de que habrá otros que lo apreciarán y amarán tanto como nosotros.