No importa cómo elijas pronunciar o ni siquiera deletrear "Hygge". Parafraseando a uno de los más grandes filósofos de nuestro tiempo, Winnie the Pooh, cuando le preguntaron cómo se deletreaba cierta palabra referida a una emoción: "No se escribe, se siente".
Sin embargo, escribir y pronunciar "hygge" es la parte fácil. Lo complicado es explicar exactamente qué es. Al hygge se le ha llamado de todo, desde el arte de crear intimidad, confort del alma, y asuencia de molestias a el placer de la presencia de cosas reconfortantes, unión acogedora y, nuestra favorita, una taza de chocolate a la luz de las velas.
El hygge tiene que ver más con el ambiente y la experiencia que con las cosas. Consiste en estar con las personas que amamos. Una sensación de hogar. Sentirnos seguros, protegidos del mundo, y permitirnos bajar la guardia. Ya sea teniendo una conversación sin fin sobre las pequeñas cosas de la vida - o solo estar agusto en compañia del otro en silencio - o sencillamente disfrutando una taza de té a solas.
Eso, es la felicidad en las pequeñas cosas.